Yo quería hacer una crónica amable, sincera y animada de lo que este año estoy viendo en el transcurso de 'La Vuelta'. Yo quería pero no me han dejado. Esta excusa pueril parte del estupor de escuchar a uno de los jugadores con más calidad futbolística del mundo. Hemos de saber diferenciar entre la calidad humana y profesional de los deportistas, es el único modo de acercarse a mentes en apariencia tan simples y en el fondo tan complejas.
Cristiano Ronaldo dice:
Esta afirmación solo parece respetable desde el punto de vista sintáctico. Los que bebemos del jugo mediático agradecemos declaraciones que comprometan un poco más de lo correcto. Pero este caso me supera. El portugués sigue siendo un ser que destaca en egolatría mal vendida. Sus esfuerzos por hacerse marca suelen ir acompañados de declaraciones comatosas. Ni siquiera entiendo el tinte preocupado de estas palabras, hasta en lo provocador ha perdido. Todos nos hemos acostumbrado a futbolistas estrella, con sus collares brillantes y sus pelos de colores. Pero casi nada nos hace gracia de personajes empeñados en un misterio desidioso. Uno debe destacar por méritos, estos no tienen porque ser trascendentes, pero se procura de los cracks que sepan estar a la altura de los acontecimientos.
Se dice que su amigo Marcelo insinua que Messi es el mejor jugador del mundo, se comenta que el premio recibido por Iniesta no le ha hecho mucha gracia. Puedo entender un fruncido de ceño, un reverso de labios... lo que no cabe en este estado de bienestar roto es que alguien dispare dardos envenenados como este. Los que amamos a este mundo futbolístico estamos bastante disgustados con estas comparaciones.
Creo que se nos han acabado las ideas Cristiano, creo que te vendría bien un cambio de aires. Lucirse en Qatar puede ser un ocio interesante pero como los que gustamos del fútbol queremos espectáculo te daremos otra oportunidad. Esperamos al Ronaldo que se deshace en gestos y no al que se cubre en las esquinas del campo.
Ha sido un gran bajón estas palabras ácidas. Después de disfrutar de unas etapas maravillosas en suelo galaico, 'La Vuelta' me parece un acontecimiento de gladiadores. Hastiado de jornadas bipartitas uno puede ver a auténticos guerreros que se apoyan solo en la fuerza de su sillín. Los colores y las caras son imperceptibles a su paso. Para muestra esta instantánea tomada por el escritor de esta nota:
Ciertamente ha surgido un nuevo romance con el deporte de las dos ruedas sin motor. Hacía tiempo que no me ponía delante del televisor a seguir ninguna etapa, pero ha sido llegar a casa y echarme a la carretera. Atrás me quedaban los nombres de Zülle, Olano, Jalabert, Pantani, Botero... y ahora miraba al pelotón con cara de perro, ya que odio el desconocimiento, y más cuando se trata de un oficio deportivo tan intenso. Pocos días me ha durado la ignorancia. Todo ha sido fácil, aún hablando en un contexto negativo. No olvidemos que el ciclismo recibía con severidad la enésima noticia de dopaje, y esta de las grandes, aquella relacionada con la cesión de poderes de Lance Armstrong, desposeído de sus siete 'Tours'. Pero no hay nada más elegante que una rectificación certera. Lo que la UCI nos puede quitar pronto nos lo devuelven los descendientes, aquellos que mantienen vivo una práctica que debemos considerar como una de las más duras de nuestro tiempo.
Ver a los Purito, Valverde o Contador tirando millas hacia la cumbre del Ézaro, campando a sus anchas por los Áncares o deslizándose por las rampas costeras de esta tierra verde; son espectáculos que uno no debe perderse. Para quien intenta tachar a este deporte de aburrido, le recomiendo que observe las estrategias de equipo, el nivel de integración de estas formaciones, los cortes que se producen en carrera, los ataques, las fugas, los movimientos de equipo, las desgraciadas caídas, las metas volantes, las subidas, los descensos, las inesperadas pájaras, los maillots de la regularidad, los descolgados, las salidas lanzadas... Familiarizarse con todos estos términos es una forma casual de caer en las redes del ciclismo. Solo con la realización uno puede deleitarse tal que si se tratase de un espectáculo documental, solo observando los rostros de esfuerzo de estos campeones uno llega a saber lo que es la superación.
Ya ha llovido de los tiempos del Banesto y la Once, pero el espíritu de los grandes tiene futuro en las bicis. Este pequeño decálogo te dejará ver que se escurre tras el velo de las banderas publicitarias de este espectáculo deportivo.
Aún recalcando lo odioso de las comparaciones, compartiremos una reflexión sobre Cristianos y Castroviejos.
Descansen y sean felices, hoy comienza uno de los mayores repechos de nuestra economía, se llama IVA y viene dispuesto a amenazar el consumo, veremos si nuestras carteras afilan los dientes o se quedan con hambre.
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