Así es, cuando uno debe decir algo con sus motivos, debe contemplar un estilo. Nos hacemos personas a través de lo hablado y lo callado y sobre cada acento se marca un camino personal. Esto podrían ser fácilmente unas instrucciones básicas para estar callado, para entonar solo el canto cuando el sol está arriba; podría ser pero es todo lo contrario, es un párrafo para que cuando uno tenga la oportunidad de tomar la palabra sea dueño de cara suspiro.
Prepárese, acomódese en el lugar más familiar e inspire:
- La sangre brota de sus huecos solo bajo el son de la hipertensión. Oculte su cabeza para tener dolores, afile el pescuezo para aguantar el frío y diga que no tiene nada que perder.
- Piense que el directo siempre es mejor que el diferido, que lo que uno tenga dentro ha de ser mejor que lo que vaya a tener. No viva más de un segundo a la vez y permítase el lujo de llorar varias veces por semana.
- Si quiere hacer un decálogo no se pierda en puntos, escriba y piense que en cualquier norma hay escrita una trampa, no sea más juez que de su parte, la opinión del resto es un conjunto de probabilidades, solo sabrá quien es usted mismo.
- Haga del perdón un recurso, grande, fácil pero efectivo.
- Las personas suelen tener tiempo para ellas, piense que lo mejor es aceptarlas como tal y aprender como individuo.
- Ame en la oscuridad, solo así sabrá de la fuerza de este misterio ancestral.
- Inunde los tablones de ideas, más a menudo pinte sus sueños, pocas veces beba sus penas.
Ahora solo queda practicar:
Un par de horas al día, desde la ventana o en el centro del salón. Cuidado con el vértigo, lleve siempre consigo a un amigo. Entendiendo este artículo no como una moneda de cambio si no como un brazo auxiliar, como una llave de paso.
Finalmente recurra a estos pasos solo en caso de emergencia. Tranquilo, que todo vendrá.